martes, 20 de abril de 2010

Orgullo fringero


Después de muchos años de ver series nacionales (las que menos) e inernacionales, me considero una de esas personas que saben diferenciar entre lo bueno, lo malo y a parte, lo que me gusta a mí y lo que no. Por ejemplo... soy bastante fan de How I met your mother y sé que es una de esas series que no sólo puedo recomendar, sino que DEBO hacerlo. A la gente le va a gustar How I met y yo creo que me van a dar las gracias por haberles dicho un día: "Oye, hazme caso. ¡Mírala!"

Sin embargo, no soy de las que alardean de ver Lost y, ni mucho menos, Fringe. Son dos series complicadas (a la par que buenas, por supuesto) y viéndolas he vivido momentos increibles de mi vida... es así, suena freak decirlo, pero es así. Me gustan mucho, pero sé que un porcentaje muy grande de los que intentara tragarse un par de capítulos me diría que no son para tanto.
La cosa es que hoy es uno de esos días en los que eso me da igual y soy feliz. Estoy orgullosísima de haber decidido darle una segunda oportunidad a Fringe allá por la mitad de la primera temporada, cuando para mí era sólo una serie de relleno en mi rutina semanal.
Hoy Fringe ha sido perfecta. Simplemente eso; no he podido sacar ni un solo fallo en sus 45 minutazos; ni un plano feo ni un diálogo pasable. Y eso, para los que me conocen un mínimo, es una hazaña brutal.


Me he emocionado con el principio, con el desarrollo y sobre todo con el final. En mi pesada obsesión con los buenos actores y sus maneras de actuar, vuelvo a crearle una religión a John Noble, que sabe humedecerme los ojos con tan sólo un gesto facial. El argumento me ha parecido digno de cualquier largometraje premiado con un Oscar (o más, porque últimamente las pelis premiadas se quedan en poco comparadas con alguna de mis series... true story) y no quiero hablar de las conclusiones morales y humanas que desentraña la serie porque no tengo palabras para expresar todo lo que se me pasa por la cabeza en lo que ha durado el episodio.

Quizás es que están pasando por una racha buena y todavía me esperan capítulos de relleno y minutos de transición, pero creo que este año los creadores de Fringe han ganado una fan incondicional que mencionará su nombre allá por donde vaya, aunque eso me cueste la credibilidad y la fama xD

2 comentarios:

Guillem M. Pastor dijo...

Desconocía la existencia de series 'inernacionales'. Habrá que ver alguna...

Crisis dijo...

Gracias por tu aportación, Guillem xDDD ahora lo corrijo...