martes, 22 de enero de 2013

El momento fan


La semana pasada ocurrió un fenómeno digno de mención en la oficinita donde trabajo. Mi compi, M, y yo, nos volvimos locas por un momento escuchando por la radio a uno de nuestros bloggers favoritos, El Guardián entre el centeno. Se escucharon grititos, amenazas al presentador del programa por no darle más espacio para hablar... hubo suspiros y también proposiciones indecentes que, desafortunadamente, no llegaron a los oídos del caballero. 

Los síntomas eran claros y el diagnóstico evidente; la regresión a los 15 era real... teníamos un "MOMENTO FAN".


Mis "momentos fan" han tenido luces y sombras muy marcados, ya que presumo de esta patología desde muy temprana edad. Algunos de esos ídolos que me han llevado al rubor y a la euforia son ya hoy parte del pasado, aunque a todos ellos les guardo, como si de una relación real se tratara, mucho cariño y respeto. ¿Queréis que haga un repasito a mi trayectoria de relaciones utópicas? Vamos allá. Preparad las carcajadas.



Sergio Martín, de Bom Bom Chip

De él sólo diré que tenía su foto enmarcada en mi mesita de noche y los cuadernos del cole llenos de corazoncitos con su nombre. Era joven e inexperta, pero ya dejaba ver cuál iba a ser mi perdición: los amores imposibles.

Fernando Morientes

Años después de mi relación con Sergio, tuve un affair con Leonardo Di Caprio, pero no creo que durara más de un verano loco y, poco tiempo después, comencé la primera de mis relaciones largas; esta vez con un producto nacional y de calidad: Fernando Morientes, jugador del Real Madrid. 

Mis tendencias se hacían obvias; peludito, hombretón y con sonrisa importante. Fernando y yo fuimos muy felices durante mucho tiempo... hasta que me enteré de que se había casado con otra y comencé a mirar a otros. A otros muy parecidos a él.



Joan Balcells (no, no he encontrado una foto mejor)


Miembro del equipo nacional que ganó la primera Copa Davis (año 2000)
Con Joan, aquí servidora se veía teniendo hijos. La fantasía era tal, que calculaba la diferencia de edad y, después de sopesarlo, creí que no era tanta (11 añitos nos llevábamos). Lo veía clarísimo. 

Y fue Joan el que, de entre todos mis amores platónicos, más cerca he tenido. Fui la adolescente más feliz cuando asistí a un partido de exhibición suyo en el que gasté un antiguo carrete fotos (qué lejos lo vemos ahora...) en el paseíto que hizo de la pista a los vestuarios. Todo muy bizarre, que dirían los americanos.



Valentino Rossi


Entonces llegó él. Mi amor más supremo. ¡Desde 2001 a la actualidad que llevo venerando su figura! Valentino Rossi, piloto de motociclismo y rey de las patillas.
Por él me despertaba a las 5 de la mañana, junto a mi mejor amiga, E (compañera de aventuras platónicas varias), para ver las carreras de Japón o Australia. Por él me compré una bandera de Italia del tamaño de la de la Plaza Colón de Madrid. 




Ya veis que no tengo grises en lo que a amor platónico se refiere. Soy como Julianne Hough en la Alfombra Roja de los Golden Globes: lo doy todo, aunque no me conozca ni mi amado. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que te gano. Yo fui fan de Devon Sawa por los 3 minutos que salio en la peli de Casper .......