miércoles, 17 de octubre de 2012

New York, New York (parte 1)




¡Hola a todos!

Esta semana hace un mes que volví de Nueva York y todavía estoy un poco embelesada por la experiencia. Y creo que va para largo. 

La primera noticia, y más importante, es que aguanté dignamente los vuelos de ida y vuelta. Me dopé, sí, pero no con medicamentos que me pudieran dejar Walking Dead, sino con unos ansiolíticos que me ayudaron a reírme de las turbulencias locas que vivió nuestro avión al aterrizar en el JFK con un temporal maravilloso.

Estaba esperando a recibir las fotos que hicimos con la cámara de mi mejor amiga, E, y ¡al fin las tengo! así que os puedo contar cómo he vivido esa aventurilla que tanto tiempo llevaba esperando y que tanta ilusión me ha proporcionado.

Cuando llegas a Nueva York y comienzas a caminar por sus calles, subir a sus edificios, comer en sus restaurantes... no te das cuenta. Flipas mucho y te encanta todo, pero no te das cuenta de lo surrealista que es vivir todo aquello. Es como si, de repente, estuvieras dentro de todas aquellas películas y series que llevas viendo millones de años. Caminas por el Brooklyn Bridge y te encantan las vistas, pero si recapacitas... ¡ay madre! la de momentos importantes que se han vivido con/en el Brooklyn Bridge. Y así con todo. El Empire State, Broadway, Central Park, el Metro... Impresionante.


Sería imposible trasladaros todo lo que viví allí y, si lo intentara, seguramente esto se convertiría en otra de esas experiencias aburridas en las que una persona te cuenta las vivencias más aburridas de su viaje y tú tienes que hacerte el interesado mientras odias en silencio cada palabra que te cuentan. Así que a continuación os voy poniendo algunas de las mejores fotos y una pequeña reseñita al pie de cada una de ellas con lo que más me llamó la atención. 

Let's go!

Vistas desde nuestro cuarto, cerca de la Grand Central Station.
Me llamó mucho la atención la luz tan especial que hay en la ciudad al reflejarse en los cristales de los edificios. Pensaba que las calles estarían en penumbra. ¡Nada más lejos de la realidad!
La comida, ¡un tema aparte! Comprendo perfectamente a los americanos que sufren de sobrepeso; las opciones son infinitas, tanto si te apetece salado como si prefieres dulce, en cada calle hay millones de comercios con las más variadas delicatessen. Vivir allí sería mi completa ruina xD

El café, por otra parte, es más bien malo. Ni siquiera en los Starbucks disfruté de un café con leche parecido a los que hay aquí. Le ponen mil historias (vainilla, mocca, chocolate...) pero el sabor sigue sin ser el mismo.
Esta escultura tan hechita polvo estaba en la plaza que había entre las dos Torres Gemelas.
Me impresionó muchísimo ver el estado en el que había quedado y todo lo que rodeaba su actual localización. Antes del 11/09/2011 era algo parecido a esto. De hecho, en esa foto podéis ver la parte de abajo de las dos torres justo detrás de ella.
En la actualidad ponen los pelos de punta las docenas de banderas estadounidenses que la rodean, todas  con la misma frase escrita en ellas:
We will never forget
Estas son las vistas desde el Top of the Rock, nombre que le dan a la azotea del  Rockefeller Center. Pudimos disfrutar haciendo fotos, cosa que en el piso del Empire State se nos hizo un pelín más complicada debido a la cantidad de gente que visitaba las instalaciones y a las altas verjas y vallas de seguridad que hay instaladas. En el Rockefeller son paneles transparentes.
Como dato curioso, la audio-guía nos chivó que el Principado de Mónaco cabría dentro del Central Park y, de hecho, sobraría casi otra mitad. ¡¡Ojito con el parque!!
Times Square es una locura. Me recordó a todas esas escenas futuristas donde la tecnología se nos ha ido completamente de las manos. Como dato curioso, la tienda de ropa Forever 21 que hay en Times Square cierra a las 2 de la mañana. Por cierto, algunos no me habíais visto hasta ahora, pero sí, soy la cabeza que mira a su alrededor sin creerse por donde va caminando :P


Hasta aquí la primera parte. Tengo que sintetizar muchísimo, pero es que no quiero que se os haga una entrada larga y creo que es preferible que haya varias a que quede una eternamente extensa. 

¿Os va gustando por ahora la idea?
Yo, a medida que escribo, voy notando con bastante intensidad las ganas de volver. Y es que... ¡Nueva York engancha!

Nos vemos prontito ;)